Al igual que muchos descubrimientos, la causalidad juega un importante papel, y así fue también esta vez. Durante una inspección submarina rutinaria en los alrededores de la isla de Yonaguni (colindante con Taiwán) los científicos del Centro Geológico Oceanográfico de la Universidad de Ryukyu en Okinawa, se toparon con una estructura que se encuentra a unos 200 metros de la región de Arakawabana, y que no parece ser producto de la naturaleza, sino que se le atribuye a la intervención de la mano del hombre.
Fueron descubiertas alrededor de 1985, por el submarinista japonés Kihachirō Aratake, quien las halló por casualidad. Se trata de un megalito, que probablemente estuvo fuera del mar durante las eras glaciares, con formas en su superficie que parecen haber sido talladas por el hombre
Se trata de una estructura de 120 m. de largo, 40 m. de ancho y 20 m. de alto. Aparentemente se trata de un tramo de escaleras, con dos orificios de unos 90 cm de diámetro y 1 metro de profundidad que se cree eran para colocar dos pilares hechos de madera.
Las ruinas encontradas datan de entre 4.000 o 10.000 años atrás, y que la construcción es muy similar a la de la cultura Ryukyu, una fortificación sumergida hace muchos años descubierta en 1.995, situada en la costa sur de la isla Yonaguni, localizada al este de Taiwán y al oeste de las islas Iriomote, en el mar de China.
A estas ruinas se las quiere catalogar como el Edificio más antiguo del Mundo. De hecho, posee la forma de un Zigurat, y geológicamente ha podido ser fechada alrededor del 8.000 AC., lo que la convertiría en uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos de los últimos 50 años.
En recientes exploraciones acuáticas, usando robots, análisis simples de rocas, y una serie de observaciones subacuáticas tripuladas y no tripuladas, fueron descubiertos una serie de puentes de tierra que conectan el archipiélago de pequeñas islas de Ryukyu con las tierras del continente de China (dichos puentes se hundieron debido a una serie de cambios geológicos), así como una serie de formaciones topográficas únicas, las cuales pueden haber sido parte de antiguos templos o pequeñas pirámides.
El último puente de tierra que conecta las islas con China puede haber aparecido durante el último período glacial a fines del Pleistoceno, conectando una serie de importantes islas a través de Taiwán, Okinawa y Amani Oshime, con el área de Kyushu.
En Junio de 1.998 se realizó una serie de filmaciones de estas estructuras rocosas, una de las cuales muestra una enorme formación piramidal de 80 m. de largo cerca de la isla de Yonaguni. Algunas estructuras tienen 25 metros de alto, y tienen ángulos rectos perfectos y escaleras enclavadas en la roca. Otras se encuentran a sólo 10 metros de la superficie de las aguas.
La estructura principal presenta ángulos casi rectos y bordes o esquinas bien determinadas que difícilmente pueden considerarse naturales y que se encuentran a lo largo de 5 Km. de la costa sur de Yonaguni.
El hecho de que las ruinas se encuentren sumergidas, y en el caso que las estructuras no sean de origen geológico, estas tuvieron que ser talladas cuando el monumento se encontraba sobre el agua, es decir, en la época glaciar, cuando los niveles del mar eran mucho más bajos debido a que la mayor parte del agua se encontraba congelada en el hemisferio norte.
Esto quiere decir que la última vez que el monumento de Yonaguni se encontraba fuera del agua, y por tanto construido, fue sobre el año 8.000 AC, unos 5.000 años más antiguas que las pirámides de Egipto.
Pero afirmar esto es ir en contra de la cronología actual, oficialmente aceptada por la arqueología. Estas enormes construcciones requieren un nivel de organización y planificación de la sociedad tal, que los historiadores no aceptan que pudiera existir hace 10.000 años. Por lo tanto, si se prueba que estas formaciones fueron realizadas por el hombre y que tienen unos 10.000 años, tendremos que revisar la historia y la cronología arqueológica actual.
Estas estructuras sumergidas parecen dar contenido a las leyendas de una civilización prehistórica en el Océano Pacífico llamada Lemuria o Mu. Los japoneses llamaban a sus emperadores prehistóricos Jim Mu, Tim Mu, Kam Mu, etc., lo que quizá significa que sus ancestros fueran supervivientes de esta civilización. En el norte de Japón hay un importante río llamado Mu.
El profesor y arqueólogo Eiji Ikeda, dijo que no ha visitado personalmente las ruinas encontradas, pero que considera que no pueden pertenecer a la cultura de Ryukyu, ya que ésta es mucho más reciente a la fecha dada por los descubridores de esa estructura. Aunque matizó que se deben hacer investigaciones adicionales para probar que hubo intervención de la mano del hombre, ya que hasta el momento no se han encontrado herramientas de ninguna clase o restos humanos, ni siquiera inscripciones que den pautas de su antigüedad o procedencia.
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